Se elabora en honor a la antigua receta de Ricardo Giusti, con uvas dulces y secas. Sus aromas y sabores recuerdan a la mermelada: delicioso tanto para convertir en festín una ensalada de hojas variadas, como para agregar unas gotas sobre trozos de fruta fresca. En cualquier caso, peligrosamente adictivo.
En nuestra búsqueda incansable de productos para llenar estanterías y alacenas, caímos en la cuenta de que andábamos cojos en vinagres balsámicos. Lo que abunda normalmente no nos emociona, o tiene unos márgenes estratosféricos que nos interesan nada y menos. Estando inmersos en esa búsqueda, nos encontramos con un tipo de hablar elegante y perfecto castellano que nos contó maravillas de la familia Giuseppe Giusti. Tiramos del hilo y descubrimos que trabajan recetas refinadas de balsámicos, donde prima la altísima calidad de las uvas y una buena suma de barriles donde envejecen de los siglos XVIII y XIX.