En 1995, Dave Powell hizo su primera elaboración en un cobertizo situado en su finca de 12 hectáreas llamada Marananga. Llamó a su vino Torbreck, como los bosques escoceses dónde había trabajado como leñador. Su filosofía era la de recuperar viejos viñedos abandonados y reflejar el carácter de Barossa a través de las variedades Shiraz, Garnacha y Mataro. Estos principios junto a la admiración por el estilo de los vinos franceses del Ródano, hizo de sus vinos un referente nada más salir al mercado. Los vinos de Torbreck manejan admirablemente la tanicidad y la extracción, integrando ambas en texturas y elegancia. Son hoy en día auténticos vinos icono y una de las bodegas más prestigiosas de Australia. Las altas puntuaciones de críticos de referencia hacen de algunos de sus vinos joyas de coleccionista difíciles de conseguir.