Las tradiciones de cada zona hay que respetarlas y, casi siempre, lo acertado es seguirlas a pies juntillas. En Cangas, se mezclaban todas las uvas tintas que había en las parcelas para hacer el vino de casa. Este vino es un homenaje a los viejos viticultores cangueses, es la mezcla de las variedades tintas cultivadas en Cangas desde tiempos inmemoriales. Aquellas que nuestros ancestros aprendieron a combinar en su justa proporción y con las que creaban los vinos sencillos y elegantes que usaban para autoconsumo.
Albarín Negro, Carrasquín, Verdejo Negro y Mencía procedentes de una combinación de fincas con más del 30% de pendiente, de excelente exposición solar, alturas por encima a los 400m, vasos de más de 60 años y suelos de pizarra disgregada, caliza y arcilla, que consiguen una complejidad y equilibrio inusual. En todas ellas la viticultura es manual y siguiendo las ancestrales prácticas desarrolladas en la comarca del Narcea durante siglos, con podas muy cortas, laboreo con animales y fertilización orgánica. Crianza sobre sus lías finas durante 5 meses en barricas de 225L de Roble Francés con uno y dos vinos.
Vendimia a principios de octubre de 2018, después de una primavera y verano frescos y lluviosos, lo cual ha dado lugar a vinos perfumados y refrescantes, con una enorme capacidad para evolucionar en botella.
Escolinas Mezcla Canguesa es un vino elaborado en el S. XXI siguiendo las formas ancestrales usadas por nuestros abuelos durante siglos. Es un homenaje a las mujeres y hombres que, con su trabajo, han permitido que hoy podamos disfrutar de estos viñedos imposibles y tan singulares.