En la región de Cima Corgo, donde los suelos son arcillosos con predominio de pizarra azules, hay una pequeña viña plantada hace más de 70 años con un marco de plantación muy apretado, de más de 6500 plantas por hectárea. Allí hay esa mezcla típica del Douro en la que la Tinta Roriz, la Touriga Franca, la Tinta Amarela, la Rufete, la Tinta Barroca y otras variedades en pequeña proporción. La altitud, y la atención de Luis Seabra a la viticultura, permiten vinos como este Indie que resulta fresquísimo con sus 13 grados. Pero no nos adelantemos, porque antes hay una vendimia manual, fermentación tradicional en lagares de piedra y una posterior crianza de casi dos años en barricas usadas de roble francés. Un vino que nos encanta por su ligereza y por su clase.