Monovarietal de Xinomavro de las viñas más jóvenes de Thymiopoulos. Resulta brillante, limpio y puro con fruta roja y especias. El 40% de racimo entero da un toquecito de raspón que le añade frescura y crujido. Se bebe y se guarda, hasta diez años.
Podríamos empezar este texto diciendo que Xinomavro es nuestro dios griego y Thymiopoulos es nuestro Apostol, porque la verdad es que Apostolos Thymiopoulos es ese vigneron del Norte de Grecia que ha contribuido a poner la variedad autóctona Xinomavro en el mapa de mundo mundial.
Xinomavro significa, literalmente, negro ácido y amargo. Ahí es nada. Esta variedad autóctona está plantada habitualmente en la zona Norte de Grecia. Es el caso de la zona de Naoussa, donde es la única variedad tinta aceptada. Se trata de una variedad productiva cuyo rendimiento hay que controlar ya que, cuando se cultiva bien da lugar a rendimientos más bajos y mejor maduración. Nos recuerda a ratos a una Nebbiolo por su baja capa y su aroma muy floral y fragante. Pero en boca es texturalmente similar a nuestra tempranillo. Además de a tintos florales y especiados, Apostolos Thymiopoulos elabora un rosado finíiiisimo que es todo flores y tiene una sapidez increíble en boca.
La Xinomavro, cuando no se controla, da lugar a vinos muy tánicos y ahí es donde Apostolos Thymiopoulos ha supuesto una diferencia. Viticultura orgánica, control de rendimientos, levaduras indígenas, vinificación y crianza en depósito grande... y ya lo tendríamos. Un gran vino griego que ahora forma parte de este exclusivo club de importaciones directas Coalla.
La finca donde Thymiopoulos elabora es una granja en equilibrio que no se centra en el monocultivo y en la que conviven las vides con animales como cabras, gallinas... No muy lejos de la idea japonesa del balance natural y el no intervencionismo. Sin embargo, Apostolos tuvo primero una tienda de vinos antes de retornar a la propiedad familiar (perdió a sus padres hace más de una década) y era habitual viajero por Europa junto con su buen amigo y mentor Haridimos Hatzidakis, tristemente desaparecido en 2017. Esos viajes, en los que visitó a algunos viticultores orgánicos y biodinámicos, junto con ese contacto con el cliente final de la tienda le abrieron a un mundo de posibilidades y entendió que el vino debe ser fácil de beber, ligero, disfrutón. Eso son los vinos de Thymiopoulos, el apostol de la Xinomavro.