El término Finca La Quitanilla dice el tamaño de una bodega que ocupa el espacio aproximado de un garaje de vivienda familiar. Esto quiere decir que en su interior solamente cabría unas pocas barricas y unos pocos depósitos, generalmente pequeños donde alberga el vino y la capacidad del propietario en controlar la calidad de un modo artesanal. Así trabaja Baigorri, imbuido en la filosofía de la calma y del rigor. Para ser merecedor de este rango es imprescindible contar con un viñedo muy viejo. Baigorri lo tiene de 75 años ubicado en el corazón de la Rioja Alavesa: Samaniego. Trabajado desde una filosofía de viticultura sostenible y en armonía con la Naturaleza.
Elaborado con uva 100% Tempranillo , la uva fue seleccionada a mano, grano a grano, con un esmerado proceso de selección, utilizando mesas de selección y vibración. Se realizó una larga maceración prefermentativa en tinos de madera. Una vez concluida la fermentación alcohólica, se pasó a la fase de prensado en una prensa vertical utilizada especialmente para este vino. Posteriormente se llevó a cabo la fermentación maloláctica junto con sus lías en barricas nuevas de roble francés. El envejecimiento de este vino se controló mediante un panel de cata que analiza todas las barricas regularmente y decide el tiempo que el vino permanecerá en estos envases. Finalmente, el vino reposó en barrica de roble francés durante 22 meses.